Estamos convencidos de que la migración es uno de los mayores desafíos a los que tenemos que hacer frente. Para que todos tengan un futuro digno, deberemos afrontar este desafíoutilizando la diversidad de recursos que tenemos a nuestro alcance. En lugar de discriminar y buscar chivos expiatorios, se necesita respeto, igualdad de oportunidades y de derechos para todos.
La creación de una atmósfera racista conduce inevitablemente al desmantelamiento social y a un Estado autoritario. Quienes se aprovechan de una política xenófoba y explotan a las personas con un estatuto de estancia precario, o a los sin papeles, están violando los derechos democráticos fundamentales.
El derecho a la participación política no está garantizado para todas las personas. Los extranjeros y extranjeras deben pagar impuestos, pero, sin embargo, no tienen derecho al voto. El derecho al matrimonio no se respeta. Siguiendo la tradición del „Schweizermacher (hacedor de suizos) “, en principio, tiene que aplicarse el principio de la desconfianza. El derecho a la alimentación es cuestionado por algunos círculos de la derecha que piden que se haga presión ante los demandantes de asilo, a quienes se les ha denegado la solicitud, negándoles, incluso, la comida. El derecho a una vida familiar no se respeta. En lugar de favorecer la integración, algunos agitadores quieren que se vuelva a la Edad Media exigiendo la corresponsabilidad penal. El derecho a ser protegido frente a la persecución se pisotea: A menudo se expulsa a demandantes de asilo y se les envía a países en los que aún se practica la tortura.
Exigimos los mismos derechos fundamentales para todas las personas.
nosotros somos la suiza.
Todas las personas que vivimos en este país formamos parte de Suiza, independientemente de nuestro origen, pasaporte o de nuestro estatuto legal. Nosotros nos oponemos a los populistas y continuamos luchando por los derechos fundamentales de todos y todas. Todos juntos, somos los que hacemos de esta sociedad lo que es.